El niño judío sufre la estupidez del mundo y vuelve a casa y en su casa sus padres judíos le dicen “estúpido es el mundo, no vos”. Y le hablan de por qué esta noche no es como todas las noches y le cuentan de aquella vez que hubieron de salir corriendo y el pan no se levó. Le dan una lista de valores y tradiciones y le dicen: “Vos estás parado acá”. Y sabrá, el niño judío, que no está solo.
El niño negro sufre la estupidez del mundo y vuelve a casa y en su casa sus padres negros le dicen “estúpido es el mundo, no vos”. Y le hablan de la cuna de la humanidad, de un barco, una guerra. Le dan una lista de valores y tradiciones y le dicen: “Vos estás parado acá”. Y sabrá que no está solo.
El niño homosexual sufre la estupidez del mundo y ni se le ocurre hablar con sus padres. Supone que se van a enojar. Él no sabe por qué, pero se van a enojar. Y para sus padres, lo peor, es creer que su hijo no es como ellos.
Se enfrentará con algunas tonteras el niño homosexual. Será parte de una minoría con la cual, las relaciones que han establecido las mayorías han sido, generalmente, de crueldad. Las mayorías heterosexuales se han creído, a lo largo de los siglos, moralmente superiores y por lo tanto, con derecho a decidir cómo tienen que vivir todos los demás. La homosexualidad –en realidad, todas las sexualidades no reproductivas– fueron pecado para las religiones, fueron enfermedad para la ciencia y fueron delito para el derecho y los Estados. El poder no nos ha querido nunca.
El niño homosexual, sólo por haber nacido homosexual, sólo por haber sido parido en territorio enemigo, está en guerra con la religión, con la ciencia y con el Estado. ¿Cómo podría enfrentar un niño una lucha tan desigual? ¿Con qué armas? ¿Dónde está el adulto que lo escuche?
(...)
Cuando se despejen los prejuicios, los odios, la crueldad y la mentira se descubrirá finalmente la verdad que dos mil años de ocultamiento no pudieron tapar: la homosexualidad no es nada.
Escrito por el Periodista y Escritor Osvaldo Bazán y publicado el 2 de Noviembre de 2009 en el diario Critica de la Argentina. (Citado en Matrimonio Igualitario de Bruno Bimbi)
Al final de su exposición, Cibrián anunció que leería unos versos de una obra de teatro suya sobre Federico García Lorca, poeta español asesinado por los franquistas por homosexual.
La obra es un dialogo entre Federico y su asesino. (...) Los senadores empiezan a mirarse entre ellos. Algunos sonríen, festejan para adentro, otros no saben si quedarse o irse, las estudiantes de la UCA que asisten a la audiencia observan la escena horrorizadas. (...) La seguidora del cura franquista Escrivá de Balaguer no puede creer lo que escucha. Federico la denuncia, a los gritos, cada vez más marica. El Senado ya es una sala de teatro.
Algunos lloran por anticipado la anunciada muerte del poeta. Los canales de televisión transmiten en vivo la señal del Senado.
Nunca hubo, en el Senado, tantos aplausos maricas.
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Dios no hizo llover azufre; la esposa de Lot no tuvo que mirar atrás ni se convirtió en estatua de sal. La gente sigue con su vida normal, como todos los días. Pero hay chicos que no tenían obra social y ahora tienen. Hay papás que pueden ir a la reunión de padres de la escuela. Hay parejas que no podían sacar un crédito y ahora pueden. Hay viudos que ahora tienen pensión y herencia. Hay extranjeros que pueden quedarse con la persona a la que aman. Hay familias que ahora son reconocidas como tales. Hay padres, hermanos, amigos, tíos, vecinos que pudieron o podrán ir a la fiesta de casamiento de sus hijos, hermanos, amigos, sobrinos y vecinos, que ya no serán clandestinos ni estarán obligados a jugar a las escondidas. Hay pibes que ya no tienen vergüenza. Hay viejos que ya no tienen vergüenza. Hay una generación que se educará con menos prejuicios.
Matrimonio Igualitario. Intrigas, tensiones y secretos en el camino hacia la ley. Bruno Bimbi. 1era. ed. Buenos Aires: Planeta, diciembre de 2010. ISBN 978-950-49-2467-8.
