Santiago y sus barrios
Lastarria es un buen punto de comienzo. Un barrio de moda, con arte+diseño+gastronomía en pequeña escala. Una miniatura con aires europeos y un puñado de cafés literarios y ferias ambulantes. Almorzar en El Diablito depara el mejor pisco sour y la más completa cazuela de ave o vacuno (no es otra cosa que un suculento puchero) que puede ofrecersele a un recién llegado. El centro invita a recorrerlo desde su Plaza de Armas y sus adyacencias peatonales. Así aparecen Paseo Ahumada (muy tumultuosa para mi gusto) donde se ubica el hermoso edificio del Banco de Chile, Paseo Puente (la zona más popular) y Paseo Huerfanos (mi preferido con gran variedad de locales comerciales). A lo largo de estos paseos se encuentran las insignias comerciales del país: Tiendas Ripley y las tradicionales Falabella. A cada lado de estos paseos (y en otros puntos de la ciudad) se desparraman los famosos "fuente de soda" (diminutos locales de fondo ubicados uno tras otro para "picotear" algo a cualquier hora). Estos locales son la versión criolla del "Snack Bar", comida rápida pero no chatarra. Es decir + que una cafetería y - que un restaurante. Mi preferido Dominó y su especial de palta & quesillo (una especie de ricota compacta no granulada) al molde (en pan lactal). La fuente de soda es un invento que no tiene más de 60 años y surge en los suburbios norteamericanos del oeste. Su estructura de asientos tipo vagones (aquí son reemplazados por pequeñas banquetas) y las barras a los costados son su marca de fábrica, que se hace conocida en el mundo entero por medio de películas de los años 50, que muestran al Snack como el lugar predilecto de los jóvenes “winners” donde conquistan a las porristas con una “malteada”. A la chilena, nada de porristas y winners, por el contrario mucho oficinista y gente de tránsito. Un verdadero emblema de los santiaguinos, como las numerosas botillerías, donde es posible encontrar una amplia variedad de licores y otras bebidas alcohólicas típicas como el Pisco. Capel y Bauzá de los mejores nombres.
Al atardecer es grato descubrir ese libro que querías devorar hace tanto tiempo. En La Feria del Libro Chilena lo podes encontrar. La cena invita una triada bien conocida: Pizza, Birra, Faso... No perdón Helado!. Verace tiene las mejores variedades de pizzas (finitas y crocantes) del barrio Bellas Artes pegadito al Parque Forestal. La que adopté de por vida es la que lleva muzzarela, jamón crudo serrano, aceitunas negras y mucho merkén ahumado. Cerveza en Chile se dice Cristal. Kross y Kunstmann (natural de Valdivia) son opciones superiores. Por último el helado se diluye en nombres de sabores como harina tostada, pistacho y poco más.
Las dos caras de La Moneda
Tomar el metro en Santiago es asegurarse ganancia de tiempo. Su eficiencia está probada. Y su limpieza también. Intente encontrar un misero papelito en vagones y andenes y no lo encontré. Y eso que lo busqué denodadamente. Eso si, los chilenos tienen (al igual que nosotros) la mala costumbre de agolparse en las puertas al punto de obstruir el libre ascenso y/o descenso de pasajeros. Es transporte público!.
Llegar al Palacio de La Moneda me resultó un tanto frio, teniendo en cuenta los sucesos históricos que tuvieron lugar allí. Desde el Sur por la Alameda Bernardo O´Higgins (es la avenida principal que cruza la ciudad de Este a Oeste y la separa de Norte a Sur) hay que cruzar la Plaza Ciudadanía (no es como nuestra cálida Plaza de Mayo) y -previo permiso de la guardia oficial- transitar ese edificio de estilo neoclásico para luego de pocos pasos salir al lado Norte (Plaza de la Constitución). Sólo cuando me aparte de la zona intenté comprender aquel 11-s. Asesinos bombarderos se cuecen aquí, allá y en el Congo Belga también. Un dato: en el subsuelo de la plaza se ubica el Centro Cultural La Moneda. Allí funciona la tienda del centro cultural donde se consiguen las mejores artesanías de la ciudad. Me alejé por la Alameda y casi sin querer me deslumbre con ese estupendo edificio de aparente color naranja. Solo al llegar encontraría que estaba recubierto de una malla oxidada que a la distancia le da ese efecto fluorescente. Es el Centro Cultural Gabriela Mistral (ex Edificio Diego Portales, que fue sede del gobierno militar de Pinochet hasta el año 1981). Allí realmente sentí la dramática cercanía con nuestra historia más reciente. Imágenes indelebles del fotógrafo holandés Koen Wessing es una muestra sobre Septiembre del 73. Y una muestra que Chile, aún hoy, no ha olvidado.
Desayuno en la montaña, mediodía en la ciudad y colación en el mar
Llegar a Valparaiso, la ciudad portuaria más importante del país, es caótico. Poco más de una hora por ruta y abajo en la ciudad: gente, gente y más gente. Una geografía complicada. Un gran mercado de ferias a cielo abierto. En las plazas, avenidas y calles se vive así. De todo como en botica. Antiguo y derruido, pero pintoresco.
En los cerros todo cambia. Las laberínticas y serpenteantes callecitas siempre conducen a algún mirador. Almorzar en Cerro Alegre o Concepción (los más concurridos) es sumamente placentero. Pescados y mariscos a la orden del día. El pulso baja. La suave y fresca brisa de mar se hacen sentir con los primeros otoños. Casas, casitas y una amplia paleta de colores. Podría elegir una de cada color. La amabilidad y sencillez de su gente enamora. Y de pronto ahí está. Profundo y azulado. Magnifico anfiteatro con vista al Pacífico, donde se ven todos juntos, los unos a los otros.
Lollapalooza o la excusa de viajar
El famoso festival de rock alternativo nacido en EE.UU. cumplió 20 años de historia y para festejarlo decidió celebrarlo fuera de casa. Donde? Chile. Donde sino?. El Parque O`Higgins fue ser el lugar adecuado para recibir por primera vez a bandas como The Killers, The Nacional, Deftones, Kanye West, Cypress Hill, Fatboy Silm y Empire Of The Sun entre muchas otras. Y tán rápido como se confirmó la presencia del dúo australiano, se organizo la partida. EOTS formado en 2007, son especialistas del denominado nuevo psicodelico electropop. Luke Steele y Nick Littlemore revolucionaron la escena más convencional de la neo-electrónica con sus temáticas místicas y una imagen estrafalaria. El show realizado en La Cúpula, como suelen llamar al estadio cerrado del Parque dió repaso -a lo largo de una hora- al primer y único disco editado, Walking on a Dream. El encuentro (el primero en latinoamerica) fue festejado por el público e ignorado por la prensa chilena. Si Luke es el frotman natural, Nick es el genio visual de la banda. Una vez más la auto-misión había sido cumplida. Por que de eso se trataba.
Y ahí está Santiago siempre igual, siempre diferente. Siempre esperando, siempre con ganas de más. Y ahí está Chile. Un país que podría haber sido "ejemplo" para la región pero terminó siendo "modelo" para el águila del norte.
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