Y ESTE QUIEN ES?

(27/08/77)

Y si ese, con mirada inocente e incrédula es el mismo que hoy recordó las pelis de dibujitos que veía de peque en el cine con su abuela. O el que, como hoy, sigue prefiriendo el DDL y Sambayón a la hora de elegir helado. Es el mismo que -aunque con menos vergüenza- se sigue sorprendiendo de la vida. Es el que a fuerza de experiencias se hizo mayor y descubrió por donde pasa lo bueno de estar en la ruta. Es el que se siente cómodo y refugiado en los mismos lugares y con casi la misma gente que cuando niño. Es el que ama y odia y vuelve a amar y a odiar con la misma naturalidad de ayer. Es el que siente lo mismo de siempre cuando conoce a alguien. Es el que se encapricha con la misma intensidad de antaño. Es el que no perdona, no niega, no esconde quién es. Es el que no habla y el que habla de más. El que aprende y enseña. Es el que no escucha, pero comprende. El que está solo y acompañado. El favorito y el olvidado. El amiguero, pero también el solitario. El inconformista de siempre. El que sufre y llora. Y llora de alegría. Es el que viaja y se queda siempre en el mismo lugar. Es el que busca refugio en algo o alguien. Es el que extraña. El que acompaña. El que se va. Y el que siempre vuelve. Es el superficial y el profundo. El fácil y el difícil. El que primero dice NO para luego decir SI. El que juega al limite. El que se cansa. El inagotable. Es el dualismo puro. Es el autentico. El rebuscado. El constante. El leal. El que disfruta. El que acaricia. El que muta. El que -aunque tarde- siempre cumple. El que escribe, el que lee. El que está. Ese que fue niño algún día. Ese soy yo.