THE WORLD IS MINE

Si el mundo fuera mio que lindo sería. No tendría infelices alrededor. Ni habría sufrimiento. Ni enfermedad. Ni dolor. Si el mundo fuera mio todo sería armónico y al alcance de todos. No existirían la hipocresía y la falsedad. Si el mundo fuera mio conseguiría todo lo que quisiera sin medir las consecuencias. No habría causas ni efectos. La negación estaría sepultada. Y la injusticia también. La igualdad sería un derecho tangible y no "aparente". Si el mundo fuera mio erradicaría la envidia y las malas vibraciones. Lo micro pasaría a ser lo macro. Los últimos serían los primeros. La belleza en todos sus aspectos sería considerada la nueva maravilla universal. Lo hegemónico daría paso a lo heterogeneo. Los serviles y genuflexos estarían condenados a muerte en vida. El olvido no tendría lugar de ser. Si el mundo fuera mio la diversidad se escribiría en MAYUSCULAS. El respeto por el otro sería tan natural como respirar. Y la muerte seria sólo algo más. La ignorancia del sabio sería ridícula y la humildad del genio considerada. Si el mundo fuera mio la soledad no pesaría en el alma y el encuentro entre dos cuerpos sería una verdadera comunión. Los caminos siempre conducirían a algo superior. Si el mundo fuera mio sería como un día de paz, primer día de paz terminada la guerra. Me quedaría junto a los que quiero toda la vida y la gloria de estar vivos sería inabarcable. Todo sería un profundo devenir en esta existencia. Si el mundo fuera mio no habría años, ni meses, ni días, ni horas, ni minutos, ni segundos.

Si el mundo fuera mio Were the World Mine sería -tal vez- el único musical contemporáneo, queer, indie y metaforico, inspirado en la obra de William Shakespeare, que se haría en mucho tiempo.