lunes, 15 de junio de 2009

A LEER, A LEER, A LEER... TRES VECES A LEER

TRES GRANDES CITAS DE LA NUEVA LITERATURA ARGENTINA (O CASI)CONTEMPORÁNEA. TRES LIBROS QUE MUERDEN

La lectura nos transporta, nos ayuda a imaginar, a crecer y nos hace madurar. Por eso hoy celebrando el Día Nacional del Libro quiero reproducir estas sencillas pero sinceras citas literarias, sin llegar a ser un gran literato.

Para Isabel, el mundo terminaba en Recoleta, hacia una escala en Pilar, y retomaba en el aeropuerto de Ezeiza. El resto era papel de diario, noticias horribles, un universo de espanto que tenía sede, por ejemplo, en Caballito: un barrio de clase media en el que la gente de clase media tiene miedo de la clase baja.
-¡Tenés el demonio adentro! ¡Vas a arder! ¡Y te vas a quedar sin Internet! insistía Isabel, que además no sabía muy bién qué era Internet.
Santos nunca se tomó en serio a su madre.
En la casa sólo estaba la familia-un padre, una madre, cuatro hijos, una mucama y un apellido patricio- y estaba la voz de Isabel, una cinta de Moebius que recorría el aire sin respiro.

Una noche, sin embargo, Isabel calló.

-¡Ya basta! ¡Sos un zangano! no sabemos nada de tu vida, ni a donde vas ni con quién salís, lo tuyo es... Estoy cansada de tu desgano, de tu forma de estar en la casa, de... de... Terminémosla. Vos... -Isabel alzó las cejas, se reclinó hacia adelante, miró a su hijo como a un insecto-. No sé, Santos, yo creo que sos maricón. ¿Sos maricón? Seguro que sos maricón.

En realidad, no queda claro si le dijo maricón o gay, aunque cualquiera de las dos palabras es posible. Si se sabe que Santos pitó un cigarrillo, y que luego sonrió con cansancio o con alivio.

- Sí, -dijo.

Dijo sí.

Y algo en Isabel -los músculos, la cara, la tensión de las mandíbulas- entró en estado de liquidez. Isabel se desarmó, debe ser eso.

Se desarmó y después, al final, hubo silencio.

Santos, 18 años, hijo de una ama de casa y un terrateniente, hermano de tres hermanos educados para amar a Dios y a los mercados, había soñado con este momento durante mucho, pero mucho tiempo. Después se puso de pie, apagó el cigarrillo, tomo dos películas y soltó una de esas frases que nunca quedarían en la memoria de nadie, de no ser porque se dicen justo ahora.

-Voy al videoclub porque ya cierra.

-¿Qué? -Isabel saltó del sofá, quizá salió de un trace-. Pero Santitos -lo acompaño hasta la puerta-, esto es un chiste, ¿no?.

-No.

-¿Le digo a tu padre? -ella nunca decía "tu padre". En cualquier caso, Juan Marcos estaba en la otra punta de la casa, mirando un canal agropecuario. En la pantalla había una vaca.
-Si, decile a papá. Ahora vengo.

Se fué.


En enero de 2006, Santos, el hijo adolescente de un matrimonio de la alta sociedad, sorprendió a sus padres al anunciar su condición gay. La respuesta familiar fue clara: le exigieron prudencia; un mandato que -con variaciones- se repite en buena parte de los hogares en los que hay un hijo o una hija homosexual. Con esta historia como punto de partida, la periodista Josefina Licitra se adentra en el universo de la juventud gay - lésbica, un territorio poblado de personajes dueños de una extraña forma de fragilidad. Adolescentes que enfrentan a una sociedad que hace de la ’contención’ un recurso brutal y ’normalizador’.

Josefina Licitra (La Plata, 1975) es periodista. Cursó su carrera en TEA, y estudió Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires. Desde 1994, escribe para buena parte de los medios nacionales (entre ellos el diario La Nación y las revistas Rolling Stone, Newsweek, Veintitrés, Dulce Equis Negra y Lamujerdemivida) y para revistas extranjeras como Gatopardo (Colombia), El País Semanal (España), y Etiqueta Negra (Perú). Además, integra la nómina de autores de En celo (Sudamericana), una antología de cuentos sobre sexo. En 2004, su crónica Pollita en Fuga (publicada en Rolling Stone) ganó el premio a mejor texto otorgado por la Fundación para un Nuevo Periodismo iberoamericano, dirigido por Gabriel García Márquez.


Los imprudentes
Josefina Licitra
Colección Andanzas
Tusquets Editores. 2007



"Ese verano nos enfrentamos a una metáfora, una moraleja muy obvia para nuestra relación. Estábamos acostumbrados a retóricas más complejas, asociaciones libres, actos fallidos y detalles más lacanianos. Por mientras, no entraban moscas, pero se nos llenaba la carpa de bichitos colorados. Si uno se da cuenta de las cosas y no hace algo al respecto, la naturaleza se encarga de confabular con todos sus reinos para acelerar el proceso y rehacer el equilibrio que hemos roto con nuestros caprichos."

Es muy fácil darte cuenta cuándo tu novio te va a dejar. Es como en el resto de los acontecimientos de la vida. Nada cae del cielo de repente, de improviso, pataplúm. Abrís el botiquín y ya no está el desodorante. Lleva su tiempo, su vuelo, su aterrizaje, su germinación y putrefacción. Pum, pum, pum, pataplúm. No es un golpe seco que sale quién sabe de dónde. Nada que ver. Es un pausado abrir y cerrar de ojos, un pestañeo en cámara lenta, una película. Con un poco más de atención y estado de alerta constante, focalizando, veríamos que esas sorpresas también siguen la lógica de la causa y el efecto, la semillita y el arbolito, el huevo y el tordo. Es un proceso lento, acelerado, hasta que llega un momento en el que tu pareja se harta de vos y te deja.


Sólo te quiero como amigo
Dani Umpi
IZ Latinoamericana. 2006


Martín Alcorta es un joven periodista, editor de la magazinesca Soho B.A., que en el devenir de su profesión conoce a Felipe Brown, un escritor peruano, bisexual, separado, padre de dos hijas y exitoso conductor de un programa televisivo en Miami a quien debe entrevistar. El conectivo con Jaime Bayly surge de modo instantáneo. Entre ellos nacerá un tórrido romance lleno de acercamientos, lejanías y promesas de amor incumplidas. Martín entrará -de la mano de Brown- a un mundo lleno de glamour, lujos y fiestas exclusivas, sufriendo el drama de ser de clase media y desear ardientemente integrarse a un grupo más sofisticado y artificioso, convirtiéndose en una especie de Martín Rivas del siglo XXI. Así, entre viajes a Viña del Mar, Lima y Buenos Aires, Felipe le propondrá a Martín -ya en forma seria- que deje su trabajo en la revista y se marche con él a Miami, donde podrán vivir más tranquilamente su relación. Sin embargo, antes de tomar tan importante decisión, Alcorta deberá ordenar bien sus ideas, partiendo por asumir frente a su familia su condición sexual.

Una novela de iniciación (al estilo de "Junto al pianista", de David Leavitt) pero con un condimento que la vuelve más jugosa y, claro, vendible: en "Mi amado Mister B.", cualquier coincidencia con la realidad no es pura coincidencia...


Mi amado Mr. B
Luis Corbacho
Editorial Planeta. 2004

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