martes, 3 de noviembre de 2009

PEDRO, EL GRANDE


Que viva Pedro!. Y su universo cinematográficamente sensorial. Hoy como nunca su cine es ya marca registrada. Lo Almodovariano remite a lo adjetivado. Un emporio de sentidos. Con sus códigos, sus colores, sonidos y tempos. Con sus huellas -cinematográficas- indelebles. Con sus obseciones reiteradas y su propia vida - la de Pedro- desnuda en el celuloide. Cine de autor. Lo estilistico siempre estuvo presente. Desde lo deliberadamente kitsch en sus comienzos hasta lo más sobriamente camp de sus últimos films. El tiempo pasa. Para todos. Y el paso de la vida además de enblanquecer el cabello, dotó al realizador manchego de otros atributos. La experiencia le dio a Pedro la serenidad para madurar su cine. Lo argumental también evolucionó. De la tragicomedia estilo punk Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980) al tándem tragicamente correcto Volver (2006) - Los abrazos rotos (2009) mucho celuloide se gastó. De esta última peli ya postee anteriormente. Por tanto, me quedo con lo producido durante la década del 90. Un gran lustro para el cine español. Y en grandes títulos como Tacones lejanos (1991), Kika (1993), La flor de mi secreto (1995), Carne trémula (1997), Todo sobre mi madre (1999) encuentro la verdadera profundidad de un estilo propio en el cine de Almodóvar, tan singular que cultiva aún en la actualidad un naturalismo que destierra el costumbrismo burgués, a lo largo de la historia moderna y contemporánea del cine español.

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