martes, 6 de abril de 2010

ESCENAS DE LA VIDA ORDINARIA: PARTE I

Un artista (por desgracia) no es un ente que va escindido del resto de los vulgares mortales. Es (muy a nuestro pesar) uno más en este planeta Tierra. Y sólo por una única función vital, generadora de vida. Respiro. Como vos. Como tu querida mascota. Como tu ridículo bonsai. Este mecanismo natural de la especie (humana, animal o vegetal) nos iguala por completo. Sucede que sólo ésta nueva especie en el universo puede desmarcarse del resto para lograr ser lo que realmente somos: Artistas!. Sin embargo el mero hecho de respirar nos ubica en una cotidianeidad tan nociva para nuestro espíritu, que en algunos casos hace dolorosa mella y hasta socava con profundidad nuestra esencia en su fuero más intimo. Como muestra un par de botones. Hoy: Medios de transporte urbanos.

"Viajar, viajar, viajar, ese es tu destino (...) ¿sabés que pasa?, a mí, viajar, me tiene harta“, ya lo cantaba Nacha. Y eso que en la letra se refería a otro tipo de viajes (algo más plancentero).

Dejemos de lado el avión (por distancias) y el barco (a menos que tengas que cruzar el riachuelo todas las mañanas para llegar a tu lugar de trabajo), quien más, quien menos se subió a un bondi, tren, subte o Taxi alguna vez. Aunque más no sea para asistir a un evento artístico impostergable. Entonces ya sabemos a que travesía me refiero.

¿Hay algo más desagradable que una horda de primitivos dispuestos a llevarte por delante para lograr un asiento y de ser posible al lado de la ventanilla?. Si!. Que te consideren invisible o te usen como escudo humano, entre los que pujan por entrar y los que claman por salir. Los trenes metropolitanos (cualquiera sea su parada) se llevan el primer premio de este gran concurso sin premio. Son una usina de microbios y bacterias en si mismos. Pero a esto sumemosle lo (de) generado por el hombre. Los usuarios comen mierda, toman veneno, escuchan pedorradas en teléfonos celulares, escupen lo que comen y toman, juegan a las cartas y si pudieran también cagarían en el vagón. Machos y hembras, de todos los colores, tamaños y edades dispuestos a dar lo mejor de sí: su vulgaridad a flor de piel.

El bondi, cole, linea o como lo quieras llamar resulta menos nocivo si se lo utiliza en horas no pico. Son más limpios. En la mayoría de las empresas no hay vendedores de chucherias y no se acostumbra desayunar, almorzar, ni cenar en las unidades. Se viaja sentado y hasta con AA. El problema aquí son los encargados de conducir los bólidos de acero. Esa masa uniformemente rustica y parda generalmente más ocupada en la pelea con su innegable enemigo diario. Más interesados en el raid con el tachero que en el cargamento de vidas que lleva consigo. Una guerra sin cuartel y sin sentido. Tan ensimismados están en la lucha, que hasta hay que recordarles (con más de un timbrazo) que el viaje para el usuario llegó a su fin. Un meresidisimo segundo puesto.

Subway o Metro. Presente en las principales ciudades del mundo desarrollado. Para la mayoría de los porteños más conocido como "el sute". Resulta más cómodo y rápido que el tren o el colectivo. Si bien la red es amplia faltarían unas extensiones y lineas nuevas para unir más puntos desconexos. Es mi medio preferido en invierno. Me suele dejar cerca de todo. Trabajo, amigos, salidas, cines, etc, etc, etc. Salvo los momentos críticos del día donde uno puede llegar a quedar embarazado sin ser hermafrodita recorriendo Diagonal Norte-Constitución o deshidratarse en verano haciendo Catedral-Pueyrredón, está opción es la más conveniente en función de las variables costo-tiempo. Tercer puesto.

Puede llegar a ser la más adecuada para un Artista!, pero también la más insufrible: "Taxi, siga a ese taxi!!!". El tachero es por antonomasia impredecible y la relación que se genera entre pasajero y conductor también. Los hay fachos, simpáticos, futboleros, tangueros, caraculicos, chismosos y más. Escuchan Radio 10 y se la pasan todo el tiempo despotricando contra "la yegua K". O arrancan la conversación con un "le molesta que fume". Tendría ganas de decirle que sí, pero el tipo está laburando 12 o más horas en esa "carcel de rencor". Los hay como Mario Modesto Sabino. Otros te pueden bajar la bandera y todo bién. Este sería el medio de transporte más civilizadamente urbano. Cuarto y último puesto.

Bueno los voy dejando. El servicio domestico está fatal. Me esperan los platos pa' lavar y la cama pa' tender. Ah!!! y recuerden es de Artista viajar en bici.

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