viernes, 23 de abril de 2010

¡VIVA EL MELODRAMA!

Que no muera el melodrama. Nunca. No sé por qué extraña razón siempre salgo regocijado del cine cuando veo una de este género. Hoy me toco con "A single Man" opera prima del director Tom Ford. Esta es su primera incursión en la pantalla grande. Y sorprendió. Reconocido diseñador de modas (saco a la firma Gucci de la quiebra) ahora se luce en el cine. Un esteta absoluto. Su primera película es una adaptación de la novela Un hombre soltero de Christopher Isherwood. Y no puede ser más prolijamente estética, cuidada desde lo visual, pura elegancia.

En la historia George (Colin Firth, ganador en el último Festival de Venecia y nominado al Oscar 2010 como mejor actor) es un profesor universitario ingles que pierde a Jim (Matthew Goode, Match Point) su compañero de vida en un accidente automovilistico. Dieciseis años le pesan mucho. El dolor es palpable en cada primerisimo primer plano. Con reminiscencias al cine de Todd Haynes por temática (ver Lejos del paraíso), Won Kar Wai por trabajos estéticos (ver Happy Together) o Fançois Ozon por ser otro melodrama seco (Tiempo de Vivir), Ford rescata también marcas de autor como ser Douglas Sirk o el mismísimo Pedro Almodovar.

Una grata celebración del sufrir. Elegancia visual comprobada en cada toma, cada detalle cuidado al extremo. Es la obra de un perfeccionista de la imagen. Impecable. Sin golpes bajos, sin lugares comunes, sin estereotípos circundantes. Sólo alguien seguro de lo que quiere puede encarnizar un sentimiento de desgarro como el que padece el protagonista de esta historia con unas pocas pinceladas. Así el encuentro entre George y Jim, el primer beso, la primera vez en las dunas o la natural conversación literaria entre ambos (todo se presenta a modo de flashbacks) son demostraciones de ello. Enorme Colin Firth. Excelente Matthew Goode y precisa Julianne Moore.

"A single man" es ni más ni menos que otra historia de amor que lastima y complace a la vez. Por eso se agradece la armonía y elegancia que nos deja en el cuerpo y en el alma. Después de todo es "Solo un hombre".


"Pocas veces en mi vida tuve momentos de absoluta claridad, breves instantes en los que el silencio ahoga el ruido y uno puede sentir más que pensar (...) Pero, como todo, esos momentos se esfuman y me empujan al presente para hacerme ver una cosa: que todo es exactamente como tiene que ser".

No hay comentarios.: