domingo, 9 de agosto de 2009

SANTELMITANO, YO SOY

Un viaje profundo hacia el Buenos Aires de antaño. Por sus calles de empedrado y angostisimas veredas se respira bohemia e historia. En sus orígenes, fue habitado por las familias mas adineradas de Buenos Aires, hasta que la epidemia de la fiebre amarilla de 1871, los obligo a mudarse al norte. Con el tiempo, su fisonomía fue cambiando, sobre todo en tiempos de globalización que hacen aggiornar cualquier destino turístico hasta convertirlo en un paseo obligado, donde se pueden apreciar las valiosas obras de arquitectura de tiempos anteriores. Pero San Telmo es más. Es Tango y Electrónica. Me gusta caminarlo, como desde hace muchos Otoños, Inviernos, Primaveras y Veranos.

Comienzo a la orilla de la Estación Constitución para ir bajando por Brasil hasta su gran emblema, el Parque Lezama. Ese mojón que lo separa de La Boca y Barracas. Un domingo cualquiera -sobre todo en época estival- el Parque suele ser un ervidero de gentes y demás, entre ferias y espectáculos de música. Entre los sitios de interés imperdibles se destacan la Iglesia Ortodoxa Rusa de 1904 (esta frente al Lezama). Vanguardia y Tradición. Sin cruzar Paseo Colón retomo Defensa, la Florida Santelmitana. De hecho un domingo cualquiera se transforma en peatonal. Cruzo San Juan y llego a la Plaza Coronel Manuel Dorrego. Todos los domingos de 10 a 18 funciona la Feria de Antigüedades más grande de la zona. El lugar ha quedado tan reducido para la cantidad de anticuarios, artesanos y visitantes que ya se extiende por las calles adyacentes. Aromas y sabores típicos.

Me voy de mapa y caigo agotado en el Bar El Federal (Perú esq. Carlos Calvo). Este es uno de los pocos "notables" que quedan en la Ciudad. Es tradicionalmente genuino, por su comida y ambientación. Recomiendo las picadas. Se comparten entre dos y muchos más. En invierno alguna infusión caliente que en mi caso es sin duda un suculento submarino con algo dulce. Si encuentran el famoso cuadrado de almendras... bueno dense por hechos. Jamas lo pude pescar. Salgo con la panza llena y nada mejor que recalar en la librería del barrio. Fedro, muy cerquita del Antiguo Mercado. Se respira cultura y vanguardia. Lo mejor de la literatura y la música también. San Telmo es día y noche.

Vuelvo al circuito, paso Independencia. Ahí nomas está el pasaje de La Defensa (típica casona del siglo pasado que recrea el Buenos Aires Colonial). Ya aquí se respira diversidad, aún mucho antes que la zona haya sido declarada abiertamente "amigable" y donde pueden disfrutarse restaurantes (La Casa Esteban de Luca es lo más destacado y ofrece buen precio) anticuarios y boliches de tango y jazz (El Torcuato Tasso es el reducto indicado para pasar una gran velada). Colores y Músicas.

Estoy entre dos mundos. Hacia el sur el pasaje Giuffra (La Universidad del Cine) y hacia el norte el pasaje San Lorenzo (El gran Almacén el polo gastronómico elegido por los más exigentes). En la zona cada vez más hay boutiques y ferias americanas de ropa vintage o retro (soy habitué de Un Lugar en el Mundo). Vanguardia y Tradición.

Si de disfrutar una pizza y una cervecita se trata, la mejor opción está en Sr. Telmo (Balcarce esq. San Lorenzo o Carlos Calvo al 200) donde la recomendación es no perderse una especial de rúcula y parmesano. A la vuelta del ex-Padelai (el edificio del Patronato de la Infancia) se erije la Iglesia Dinamarquesa, de antigua arquitectura donde los varones y mujeres más modernos ahora pueden "casarse" simbolicamente entre si. Seducción y Estilo.

La Trastienda es la gran guarida musical de San Telmo, donde disfrute por igual desde Charly y Celeste hasta Dani Umpi y Marilina. Estoy llegando a Belgrano y Stop, acá me planto. Para el Rio de la Plata me encontrare con el nuevo y último barrio porteño: Puerto Madero. Tan modero, pero tan falto de estilo y tradición. El recorrido llega a su fin. Sin animo de ofender a nadie: si todavía no conoces San Telmo, no conoces Buenos Aires. Con lluvia o sol. Frio o calor. De día o de noche. Solo o acompañado, nada me gusta más que descubrir una y otra vez este sitio de la Ciudad. Por que es autentico, por que es permitirse nuevas sensaciones, por que huele distinto, por que no es cool, ni fashion, ni trendy, ni ninguna de esas boludeces. Por que simplemente es... Un Barrio. Y un lugar en el mundo elegido por Un Artista.


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